
El civismo es una actitud que se caracteriza por el respeto hacia la ley y los demás, así como por la responsabilidad individual para contribuir al bienestar de la sociedad. Se considera que el civismo es una virtud fundamental para la convivencia pacífica entre los miembros de una comunidad.
Un ciudadano ejemplarmente cívico sería aquel que asume sus obligaciones y derechos con respecto a su estado y a sus conciudadanos, respetando y promoviendo la democracia, los derechos humanos, los principios de justicia y la igualdad de oportunidades. Esta persona también tendría un compromiso con el desarrollo sostenible del entorno natural y social, así como con el cuidado de los bienes públicos.
El civismo significa además actuar en favor del interés general antes que en beneficio propio, lo cual se traduce en valores como el altruismo o la solidaridad; en acciones tales como apoyar iniciativas para mejorar la calidad de vida comunitaria; o en actitudes que fomenten la tolerancia, el diálogo y el respeto hacia las diferencias. Todas estas son características fundamentales del civismo.