La cerveza fue inventada hace miles de años por un antiguo pueblo llamado los sumerios, que vivían en lo que hoy es Irak. El proceso de fabricación de la cerveza se ha desarrollado a lo largo de los siglos y ha evolucionado hasta el producto final que conocemos en la actualidad.
Los primeros sumerios elaboraron la cerveza de manera artesanal. Utilizaban ingredientes como mijo, trigo, cebada y agua para crear una bebida alcohólica. Esta mezcla se fermentaba durante varios días para producir un brebaje amargo.
A medida que el tiempo pasaba, la receta de la cerveza se perfeccionó y se empezaron a utilizar nuevos ingredientes como lúpulo y malta. Estos nuevos aditivos ayudaron a darle sabor y aroma a la bebida. Los egipcios fueron los primeros en utilizar el lúpulo como conservante para prolongar la vida útil del producto.
En el siglo XIX, el inventor británico Louis Pasteur descubrió cómo descomponer los azúcares para producir alcohol etílico. Esta técnica permitió a los fabricantes de cerveza producir grandes cantidades de bebida con uniformidad y calidad controladas. A partir de entonces, esta bebida se empezó a fabricar industrialmente y se extendió rápidamente por todo el mundo.
Hoy en día, la cerveza sigue siendo una bebida popular en todo el mundo. En muchas culturas, disfrutar un vasito de cerveza es sinónimo de amistad y celebración.