El ferrocarril fue inventado por George Stephenson en Gran Bretaña en 1825. Inicialmente, la idea era construir un sistema para mover los carros de minería. Stephenson se inspiró en el diseño de los carros de minas que ya se utilizaban para transportar el carbón de las minas a través de pequeños trenes con ruedas. Estos trenes eran movidos por caballos y no eran muy eficientes. El ingeniero Stephenson decidió mejorar el diseño usando una vía férrea y una locomotora para impulsar los carros. Esta idea revolucionaria llevó al desarrollo del primer ferrocarril comercial entre Liverpool y Manchester, que se inauguró en 1830. Desde entonces, los ferrocarriles han evolucionado para convertirse en un importante medio de transporte, fundamental para la economía y la sociedad modernas.