El pararrayos fue inventado por Benjamin Franklin en 1752. Esta innovación básica del siglo XVIII aún se usa hoy para proteger las casas, edificios y otros objetos de los dañinos rayos eléctricos de una tormenta. Franklin realizó sus experimentos con un kite, un rayo y una campana de metal durante una tormenta. Esto se ha convertido en la imagen icónica del inventor estadounidense, ya que descubrió cómo dirigir la electricidad de la nube a través de los cables.