La corriente continua fue inventada por el físico y químico estadounidense Thomas Alva Edison en 1879. Durante sus trabajos para crear una mejor lámpara incandescente, descubrió que la corriente continua era mucho más eficaz que la corriente alterna para alimentar luces. Además, Edison construyó un generador de corriente continua con un motor de vapor, lo que permitió a los usuarios desconectar su energía de grandes redes de distribución. Esto abrió el camino para la electrificación masiva a principios del siglo XX.