
El origen del violín es difícil de determinar con precisión, ya que no se conservan registros históricos detallados. Sin embargo, se cree que el instrumento fue inventado por Andrea Amati, un lutier italiano nacido en el siglo XVI.
Amati fue un fabricante de violines muy influyente durante la época que vivió. Su trabajo influyó en muchos lutiers posteriores, como Guarneri y Stradivari. Se cree que Amati inventó el violín en 1555 y lo perfeccionó a través de los años. Los violines diseñados por Amati eran caracterizados por su ligereza y sonido más claro y brillante.
Las creaciones de Amati fueron la base para el desarrollo posterior del violín. Muchos artesanos posteriores mejoraron la forma y tamaño del instrumento, así como su tonalidad y capacidad de respuesta. Estas mejoras resultaron en el instrumento versátil e inspirador que conocemos hoy en día.