La vacuna contra el COVID-19 fue inventada por un equipo dirigido por las doctoras Katalin Karikó y Drew Weissman, investigadoras biomédicas de la Universidad de Pensilvania.
Karikó había estado trabajando durante muchos años en el desarrollo de vacunas mRNA, una nueva tecnología que se está volviendo cada vez más popular para tratar una amplia variedad de enfermedades. Esta tecnología es diferente a otras formas tradicionales de vacunación, ya que envuelve la introducción directa del material genético en las células del cuerpo para inducir una respuesta inmunológica protectora.
Weissman y Karikó habían trabajado anteriormente juntos para desarrollar una vacuna mRNA para el virus del VIH. Una vez que se conoció la noticia sobre el brote del COVID-19, decidieron aplicar la misma tecnología al nuevo virus e intentaron desarrollar una vacuna lo más rápido posible.
El equipo comenzó a probar su idea usando animales, y los primeros resultados fueron prometedores. El equipo luego pasó a ensayos clínicos humanos y encontraron que la vacuna era segura y efectiva para prevenir la infección por el virus SARS-CoV-2. Desde entonces, han sido parte integral del desarrollo de varias vacunas autorizadas contra el COVID-19.