
La vacuna contra la rabia fue inventada por Louis Pasteur en 1885. Pasteur, un científico francés, había estado trabajando en el desarrollo de vacunas para el ganado durante varios años antes de que descubriera la forma de prevenir la rabia. El proceso comenzó con el uso de tejidos extraídos del cerebro infectado de un perro muerto, luego diluidos y cultivados en medios líquidos específicos. Pasteur inyectó estas soluciones diluidas a varios animales y descubrió que algunos de ellos eran resistentes a la rabia después de ser expuestos a otros animales infectados con el virus. Esta fue la primera vacuna contra la rabia que se probó exitosamente. Desde entonces, se han desarrollado muchas otras vacunas más efectivas para prevenir la rabia humana.